A continuación te brindamos una serie de preguntas comunes relacionadas con el poliamor que seguramente tú también te has hecho alguna vez.
Quienes eligen el Poliamor para llevar adelante sus relaciones amorosas son personas que piensan que el amor no tiene que estar limitado a una sola persona. Es como si en un ambiente familiar tuvieras que elegir a uno solo de tus padres o hermanos para relacionarte con él y amarlo.
Básicamente la filosofía del Poliamor es que las relaciones no tienen que ser necesariamente monogámicas o restringidas. Cuando amas de verdad a alguien deseas que sea feliz, que esté contento (a) y eso incluye la posibilidad de que ame o esté con alguien más, eso sí, siempre y cuando se acepte de manera madura, honesta, ética y respetuosa esa otra relación entre todas las partes y, por supuesto, haya verdadero amor.
A fin de cuentas, en el sentido más literal de la palabra el Poliamor no es otra cosa que tener más de un amor o una persona a quien amar. Quienes lo defienden y practican encuentran -tal como sucede con todas las cosas de la vida- en la variedad, la forma de sentirse satisfechos y felices.
No. Cuando hablamos de poligamia nos referimos a una persona que está casada con varias personas de distinto sexo al suyo a la vez, es decir un hombre casado con varias mujeres o una mujer casada con varios hombres. En el poliamor no es obligante el matrimonio para practicarlo o ejercerlo. Puedes tener varias relaciones amorosas con mujeres u hombres independientemente de que estén casados o no, tampoco hace énfasis en el género o sexo del amante.
No. El swinging se trata de una persona que tiene una pareja principal pero gusta de intercambiar ésta con alguien más y a la vez disfrutar -sexualmente- de la pareja de esa otra persona. La clave para diferenciarlo es precisamente la preeminencia que da el swinging al sexo. En el poliamor, por el contrario, la preeminencia está en el amor. Por otra parte, no necesariamente debe existir una pareja principal, todas tienen o deberían tener igual importancia.
En principio hay que decir que la norma principal que orienta al Poliamor es que este sea consensuado, es decir, aceptado por todos los involucrados. En segundo término, que la relación sea afrontada o asumida con honestidad, ética, comprensión, amor y respeto. No obstante corresponde a los mismos involucrados establecer sus propias reglas para llevar adelante con éxito su relación poliamorosa.
Todo dependerá de las personas que participen de la relación, puesto que de seguro no todas las relaciones poliamorosas son iguales, además de que, al involucrar diferentes personas con diferentes caracteres, estilos de vida, formaciones, etc., es importante llegar a acuerdos consensuados y justos que rijan la relación. Por supuesto, con el tiempo dichas normas pueden ir cambiando de común acuerdo.
No existe una forma o estructura única o rígida dentro de una relación poliamorosa. Por ejemplo una persona puede tener 2 o hasta 3 amantes y a su vez estos pudieran tener otros amantes o no tener a nadie más. Por otra parte cada quien elige el grado jerárquico dentro de la relación, es decir, quién o quiénes pudieran ser las relaciones principales y cuales las secundarias. También si es una relación gay, lésbica o bisexual.
Lo importante, en todo caso, más allá de la estructura, es que todos se lleven bien, se comprendan, se acepten y que la relación funcione, pues es claro que una relación poliamorosa no es sencilla, requiere de mucha comunicación, tacto, honestidad y madurez. Esto último es muy importante, sobre todo tomando en cuenta que más del 80% de las personas que practican o asumen el Poliamor son personas jóvenes.
En realidad el Poliamor promueve es el amor. Es decir estar en capacidad, tal como sucede en una familia, de amar a muchos o a todos sus miembros. El sexo dentro de una relación poliamorosa pudiera tener una importancia capital como también pudiera pasar que no tuviera ninguna o muy poca. Por esa misma razón no distingue en género, dentro de él pueden participar tanto heterosexuales, como homosexuales o bisexuales, lo importante es que quienes participen se puedan y sepan amar.
Los celos son inherentes a todas las personas y por lo tanto también los poliamorosos pueden sentirlos, lo importante es saberlos trabajar y manejar. Para ello es primordial la comunicación, la concienciación, la madurez y la confianza. En el Poliamor, por tratarse de una relación entre varias personas, con más razón hay que documentarse con respecto al tema para aprender un poco cada día y superarlos.
Sabemos que lo éticamente aceptable en nuestra sociedad son las relaciones monogámicas. En ese sentido, se puede decir que los poliamorosos se encuentran en una etapa muy parecida a la que vivió hace unos años atrás el movimiento Lgbt, es decir, luchando por ser reconocidos como una opción válida de relacionarse y ser aceptados sin prejuicios y de manera totalmente legítima y normal dentro de la sociedad.
Para ello es muy importante que cada día el movimiento crezca y se haga más visible con el fin de ir posicionándolo como una nueva forma genuina de relacionarse y abordar el amor. A fin de cuentas, no aceptarlo o discriminarlo sería tanto como pedir que amemos a uno sólo de nuestros padres, hermanos o amigos.