Mira que Historia

El sexo y sus géneros

Recuerdo hace unos años atrás cuando en una ocasión estaba más melenudo que un león y salí de mi céntrica oficina con el fin de buscar una barbería o peluquería cercana en donde resolver mi problema de exceso de cabellera. Luego de caminar unas pocas cuadras veo un aviso enorme e imponente con el rostro de una hermosa mujer en el que se leía: “Mariam atelier. Peluquería unisex”.

Entro al lugar y reconozco en la mujer que me recibe y me atiende, a la del aviso publicitario, sólo que con enormes y redondeadas formas corporales, un poquitín exageradas para mi gusto. “Hola soy Mariam, en qué puedo servirte”, me dijo con voz algo ronca. “Pues nada mujer, que tengo más pelos que un poodle y he venido para que me lo rebajes”, le respondí en tono jocoso.

La mujer se pone en su labor al tiempo que busca entablar conversación conmigo. “Hace calor”, me dijo. “Sí mucho”, le respondí.

Luego de hablar de una serie de temas intrascendentes, muy de peluquerías, me dice: “Y cómo está tu mamá y tus hermanos? Tu madre sigue siendo docente? La observo con extrañeza y mayor atención, actitud a la que responde con otra pregunta: ¿No te acuerdas de mí? Luego de mirarla con más detenimiento le respondo: “La verdad no”. “Soy Mario, el hijo de la señora Ercilia, vivíamos en el edificio de apartamentos que estaba al lado del tuyo, o sea en donde vivían ustedes en la Urbanización El Trébol”.

“Mario, Mario el chaval flacucho y de cabellera abundante que vivía en la planta baja del Bloque 6?”, le dije con asombro. Sí, me respondió, al tiempo que soltaba una carcajada entre natural y exagerada.

Se preguntarán a qué viene todo este cuento, y es que precisamente mi anécdota relacionada con mi ex amigo Mario, ahora convertida en Mariam, me servirá para explicar -y se entiendan mejor- temas como el sexo, la identidad de género, la expresión de género, la orientación sexual y los géneros mismos en general.

El Sexo

Cuando nacemos, el médico o grupo de personas encargadas de la atención de nuestro parto o nacimiento, a partir de unos rasgos más o menos visibles, que no dejan mucho lugar a dudas en torno a nuestros órganos genitales, nos asignan un sexo.  En este sentido, en algún formato certifican que hemos venido al mundo como hombre o mujer o varón o hembra. 

Es entonces, y a partir de una certificación, basada sobre todo en la forma de nuestros genitales, que se nos asigna el sexo al nacer

Ahora bien, y tomando como ejemplo mi anécdota anterior de mi amigo Mario, ahora devenido en Miriam, al cual en su certificado de nacimiento se le atribuyó el sexo masculino, cabría preguntarse entonces si aún sigue conservando éste o ahora pertenece al género femenino?

Esta pregunta es muy importante porque nos lleva a formularnos otra: el sexo y el género significan lo mismo?

Lo primero que hay que decir es que, si bien se relacionan, no significan lo mismo. El sexo, como ya lo explicamos, se refiere a la condición, digamos que biológica, que te asignan los médicos al nacer. 

El género por su parte se refiere más a los que la sociedad espera de ti a partir del sexo que te asignaron al nacer. Es decir cómo, desde el punto de vista social, la gente, a partir de un grupo de creencias y algunas normas -no escritas- debería ser tu comportamiento a partir del sexo con el cual te certificaron al nacer.

Así escuchamos frases como “los niños o los hombres no lloran”. ·Los hombres no deben usar faldas”, “las mujeres no deben ser obreras o practicar deportes bruscos”, entre muchas otras más. 

En el caso del amigo de mi anécdota, recuerdo que desde niño, tenía más tendencia a comportamientos atribuibles a lo que la sociedad espera de una niña y no de un niño. Es decir, Mario se identificaba más con las actividades y actitudes que la sociedad espera del género femenino.

En síntesis, el sexo tiene que ver más con lo biológico (aunque no completamente porque a veces los cromosomas y las hormonas que poseemos al nacer no describen de manera inequívoca nuestro sexo) en tanto que el género tiene que ver más con tu comportamiento social y lo que la gente espera de ti a partir del sexo que se te designó al nacer. De aquí surge otro concepto del que hablaremos en nuestro siguiente apartado: la identidad de género.

La identidad de género

Si te estás preguntando ¿Qué es la identidad de género? Baste con decir, para responder a esta pregunta, que esta viene definida a partir de cómo te sientes o percibes en tu interior. Es decir, tu forma de vestir, tu apariencia personal y el comportamiento que muestras ante la sociedad sirven para determinar el género con el que te identificas

Por ejemplo, y siguiendo con el caso de mi amigo Mario sin duda, desde chaval, él se identificaba con el género femenino, tal como queda demostrado, años después, cuando pasa de ser de Mario a ser Miriam, es decir, una mujer en casi toda la extensión de la palabra. 

En fin, la identidad de género no es otra cosa que la percepción que tiene una persona de sí misma, en relación con su género, independientemente de su orientación sexual o sus rasgos sexuales biológicos.

Y hablando de orientación sexual, este es otro punto del que hablaremos un poco de manera más profunda en nuestro siguiente apartado o bloque.

Orientación Sexual

En principio tenemos que decirte que la orientación sexual tiene que ver muy poco o nada en absoluto con otros elementos relacionados con la sexualidad como por ejemplo el sexo biológico (puedes haber nacido biológicamente como hombre y tener una orientación sexual muy distinta a la de un hombre). 

Tampoco tiene que ver con la identidad sexual (el aspecto psicológico de asumirse como hombre o mujer) y muchos menos con el papel social que debes desempeñar según el sexo que se te asignó (seguir los parámetros establecidos para lo que se acepta socialmente que debe ser la conducta de un hombre o una mujer).

Te preguntarás entonces ¿Qué es la orientación sexual? La orientación sexual se refiere básicamente al interés, duradero, que sientes hacia otras personas en el plano emocional, romántico, afectivo y sexual.

Ahora bien, ¿Cómo eliges tu orientación sexual? O mejor aún: ¿Se puede elegir la orientación sexual? No. Según los psicólogos especialistas en el área, la orientación sexual no surge de un acto de elección consciente que pueda revertirse. Nadie elige ser gay o heterosexual sino que esta orientación va apareciendo, con mayor preeminencia, durante nuestra temprana adolescencia, así no haya existido previamente una experiencia sexual. 

Orientaciones Sexuales

Heterosexual: Persona que se siente atraída únicamente o casi exclusivamente hacia el otro sexo (masculino/femenino). De aquí surge la idea del “sexo binario”, es decir que existen sólo dos sexos: el masculino y el femenino.

Gay: es la persona que se siente atraída únicamente o casi solamente hacia aquellos del mismo sexo.

Bisexual: persona que siente atracción tanto por personas de su mismo sexo binario como por aquellas del otro sexo binario.

Pansexual: se siente atraído por aquellas personas de cualquiera de los sexos.

Asexual: no siente atracción sexual hacia ninguno de los sexos. Vale aclarar que ello no significa que practique la abstinencia o el celibato, es decir, que no tenga relaciones sexuales con nadie. Simplemente no le atrae, desde el punto de vista emocional y romántico, ninguno de los sexos.

Finalmente hay que decir que muchas personas descubren su inclinación sexual es luego de pasado mucho tiempo. Por ejemplo algunas jovencitas que en su etapa escolar salían exclusivamente con hombres luego, en una edad más adulta, descubren que se sienten atraídas romántica y sexualmente por personas de su mismo sexo.

Géneros

Ya en el apartado anterior hablábamos del género binario y, al hacer mención de éste, hay que destacar existen varios tipos de géneros con los cuales las personas se identifican y guían, de alguna manera, sus orientaciones sexuales. Entre esos géneros están los siguientes:

 

Género binario: este hace referencia al hombre y a la mujer, es decir, una persona sólo reconoce o se asume como género femenino o masculino.

Género fluido: No sé identifican por completo con ninguno de los dos géneros, sino que a días, meses o años “transitan” de un género a otro. Las personas de género fluido no consiguen identificarse con una sola identidad sexual, es por ello que transitan por varias. Ese cambio de identidad de género puede durarles sólo unos días, así como meses o años.

Género no binario: los géneros no binarios son aquellos cuyas identidades de género no encajan entre la variedad de géneros binarios (masculino y femenino). Son los conocidos actualmente como los del elle, ya que no se asumen ni como masculino ni femenino sino a medio camino entre ambos. 

Las personas que se identifican con este género suelen atribuirse características particulares de determinados géneros con el fin de satisfacer la identidad que más la representa.

Género demi o demigénero: se refiere a las personas que se identifican, de manera parcial, con un género determinado.

Género poli o poligénero: como su nombre lo indica, hace referencia a aquellas personas que se identifican con dos o más géneros.

Agénero: a este grupo pertenecen aquellas personas que no logran identificarse con ningún género.